Riccardo Muti encanta al público en el Concierto de Año Nuevo 2025 con la Filarmónica de Viena | Cultura | EL PAÍS
“La música clásica no se restringe a una élite de aficionados o entendidos, sino que es un patrimonio que pertenece a todos”, afirmaba Riccardo Muti al inicio de su más reciente libro, *Recondita armonia* (en italiano), publicado por la editorial Rizzoli en 2024. Para ilustrar su punto, recurre a la Comedia de su admirado Dante, que al final del Canto XIV del Paraíso establece la primacía del asombro sobre la comprensión: “Surgió una melodía hipnótica /que oí sin entender del todo el himno”. Su séptima participación al frente del Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena se ha convertido en una auténtica lección de cómo captar lo que necesita una orquesta para cautivar al público con las marchas, polcas y valses de la familia Strauss y sus contemporáneos.
La última actuación de Muti al frente de esta popular cita musical, en 2021, fue completamente diferente. Actuó con la orquesta vienesa frente a una sala dorada del Musikverein vacía por la pandemia. Una experiencia difícil que afrontó con éxito gracias a su excelente relación de más de cinco décadas con la Filarmónica de Viena, tal como recordaba hace unos días en el diario vienés Kurier: “Juntos imaginamos que la sala estaba llena y eso nos ayudó”. La única ventaja que tuvo aquel concierto para Muti fue la posibilidad de dirigir la Marcha Radetzky sin tener que atender a que el público aplaudiera demasiado fuerte o a destiempo. Pero este año su interpretación de la popular pieza final de Johann Strauss padre ha recuperado el calor, la solemnidad y la alegría que le faltaron en 2021.
Muti, a sus 83 años, vive un idilio personal con la Filarmónica de Viena. Con él sobre el podio, hemos podido ver y escuchar esa metáfora de la orquesta como imagen ideal de una sociedad civilizada, que comenta en su mencionado libro, al unir a personas muy diferentes en el ansia de alcanzar un objetivo común. Bajo sus precisas indicaciones, llenas de sonrisas y miradas de complicidad, la Filarmónica de Viena se convierte en el vehículo perfecto para transmitir esa paz, fraternidad y amor que aludía, en italiano, durante su felicitación del año nuevo. La prestigiosa orquesta austriaca correspondió a la ocasión con un programa más tradicional y con mayor interés musical que en los últimos años, aunque también incluyó cinco obras que Muti ya dirigió en sus cuatro primeras actuaciones al frente del Concierto de Año Nuevo, en 1993, 1997, 2000 y 2004.